La colombiana impuso la marca en la modalidad peso constante con bialetas, con una profundidad de 86 metros en un tiempo de 2:57 minutos.
Sofía flota en el agua. En su cara se refleja la seriedad y la concentración con la que asume cada competencia. De lado están los miedos, cualquier sentimiento de nerviosismo está aplacado, controlado. Es ella contra el mar.
En algunos entrenamientos ha descendido hasta 95,5 metros, pero ahora es diferente. El pasado 30 de septiembre del 2018, participó en la internacional Kaş Başka en las aguas de la ciudad de Kaş, Turquía. Allí impuso un nuevo récord mundial, con una profundidad de 86 metros en un tiempo de 2:57 minutos.
En la competencia preliminar al Campeonato Mundial que se realizará del 1 al 6 de Octubre en la misma ciudad, la colombiana rompió los registros: descendió 86 metros para batir la marca en la modalidad peso constante con bialetas, que se encontraba en manos de Alenka Artnik de Eslovenia y de Natalia Sharkova de Ucrania, ambas con 85 metros.
Un reloj en su muñeca le indicó la profundidad en la que se iba sumergiendo. A los 20, 30, 40 metros sonó. La alarma más importante fue la de los 72 metros. Al superar esa profundidad, el reloj no dejó de pitar hasta que llegó a los 86 metros. El pitido es una alerta para que mantenga la concentración al máximo nivel. Así logró un nuevo récord para su carrera: concentración y seriedad.
Una buena marca, para soñar con un resultado positivo en próximos torneos.
Fuente: El Espectador
